WASHINGTON, DC – Cuando se designó a Zalmay Khalilzad como Representante Especial de Estados Unidos para la Reconciliación de Afganistán en septiembre de 2018, finalmente parecía vislumbrarse el fin de la guerra más larga de Estados Unidos. Ahora, tras el repentino anuncio de fines de diciembre realizado por el presidente Donald Trump sobre que Estados Unidos retirará a 7.000 miembros de sus tropas de dicho país, la presión sobre Khalilzad con respecto a garantizar la celebración de un acuerdo con los talibanes hasta la primavera de este año ha aumentado dramáticamente. Muchos temen en la actualidad que Trump quiera irse de Afganistán sin prestar algún grado de atención a las consecuencias de su retiro, y aún menor atención a aquellas consecuencias que afectaran a las mujeres del país.
WASHINGTON, DC – Cuando se designó a Zalmay Khalilzad como Representante Especial de Estados Unidos para la Reconciliación de Afganistán en septiembre de 2018, finalmente parecía vislumbrarse el fin de la guerra más larga de Estados Unidos. Ahora, tras el repentino anuncio de fines de diciembre realizado por el presidente Donald Trump sobre que Estados Unidos retirará a 7.000 miembros de sus tropas de dicho país, la presión sobre Khalilzad con respecto a garantizar la celebración de un acuerdo con los talibanes hasta la primavera de este año ha aumentado dramáticamente. Muchos temen en la actualidad que Trump quiera irse de Afganistán sin prestar algún grado de atención a las consecuencias de su retiro, y aún menor atención a aquellas consecuencias que afectaran a las mujeres del país.