PARÍS – El primer ministro francés, Manuel Valls, tenía razón cuando hace poco dijo que no existía ninguna buena excusa para el yihadismo. Rechazar la cultura de las excusas, dijo Valls, también significaba resistir la tentación de insistir con las explicaciones del impulso yihadista.
PARÍS – El primer ministro francés, Manuel Valls, tenía razón cuando hace poco dijo que no existía ninguna buena excusa para el yihadismo. Rechazar la cultura de las excusas, dijo Valls, también significaba resistir la tentación de insistir con las explicaciones del impulso yihadista.