SEATTLE – En los últimos 25 años, gracias en parte a un esfuerzo global coordinado para combatir las enfermedades infecciosas, incluidos la malaria, la tuberculosis, el VIH/SIDA y la polio, las tasas de mortalidad infantil se han reducido en un 50%, y la expectativa de vida promedio se ha incrementado en más de seis años. Es más, el porcentaje de la población mundial que vive en la extrema pobreza se ha reducido a la mitad. Estos son logros importantes, pero trajeron consigo un nuevo conjunto de desafíos que se deben abordar con urgencia.
SEATTLE – En los últimos 25 años, gracias en parte a un esfuerzo global coordinado para combatir las enfermedades infecciosas, incluidos la malaria, la tuberculosis, el VIH/SIDA y la polio, las tasas de mortalidad infantil se han reducido en un 50%, y la expectativa de vida promedio se ha incrementado en más de seis años. Es más, el porcentaje de la población mundial que vive en la extrema pobreza se ha reducido a la mitad. Estos son logros importantes, pero trajeron consigo un nuevo conjunto de desafíos que se deben abordar con urgencia.