BRUSELAS – Desde la victoria de Syriza, el partido anti-austeridad, en las recientes elecciones generales de Grecia, el “problema griego” nuevamente preocupa a los mercados y a las autoridades formuladoras de políticas a lo largo de toda Europa. Algunos temen un regreso a la incertidumbre del año 2012, época en la que muchos pensaban que la moratoria y la salida de la eurozona de Grecia eran inminentes. En aquel entonces, al igual que ahora, muchos se preocupaban sobre si una crisis de la deuda griega podría desestabilizar – y quizás incluso derrumbar – la unión monetaria europea. Sin embargo, esta vez la situación es realmente distinta.
BRUSELAS – Desde la victoria de Syriza, el partido anti-austeridad, en las recientes elecciones generales de Grecia, el “problema griego” nuevamente preocupa a los mercados y a las autoridades formuladoras de políticas a lo largo de toda Europa. Algunos temen un regreso a la incertidumbre del año 2012, época en la que muchos pensaban que la moratoria y la salida de la eurozona de Grecia eran inminentes. En aquel entonces, al igual que ahora, muchos se preocupaban sobre si una crisis de la deuda griega podría desestabilizar – y quizás incluso derrumbar – la unión monetaria europea. Sin embargo, esta vez la situación es realmente distinta.