Después del asesinato del ex primer ministro libanés Rafik Hariri, todas las miradas se volvieron hacia Siria. Los grupos de oposición libaneses, así como los seguidores de Hariri acusaron abiertamente al régimen del presidente sirio Bashar Assad del asesinato. La administración Bush, aunque no ha culpado formalmente a Siria, lo hizo prácticamente y llamó a su embajador en Damasco. Se dice que los Estados Unidos están muy molestos por la negativa de Siria a retirar sus fuerzas de Líbano de conformidad con una resolución de la ONU.
Después del asesinato del ex primer ministro libanés Rafik Hariri, todas las miradas se volvieron hacia Siria. Los grupos de oposición libaneses, así como los seguidores de Hariri acusaron abiertamente al régimen del presidente sirio Bashar Assad del asesinato. La administración Bush, aunque no ha culpado formalmente a Siria, lo hizo prácticamente y llamó a su embajador en Damasco. Se dice que los Estados Unidos están muy molestos por la negativa de Siria a retirar sus fuerzas de Líbano de conformidad con una resolución de la ONU.