TEL AVIV – Una serie de derrotas cruciales del ejército sirio han echado por tierra cualquier ilusión de que el gobierno de Damasco ejerciera el control de su país. Al dispersar sus fuerzas de manera inconsistente por toda Siria, el presidente Bashar al-Assad redujo drásticamente su capacidad para ganar batallas decisivas, y ahora se ve obligado a evacuar grandes zonas del país para concentrar su ejército alrededor de Damasco y el enclave Alawi en el noroeste. A medida que se vuelve evidente que Assad probablemente pierda la guerra, sus aliados más estrechos -así como las potencias mundiales y los actores regionales- están empezando a planear la jugada final.
TEL AVIV – Una serie de derrotas cruciales del ejército sirio han echado por tierra cualquier ilusión de que el gobierno de Damasco ejerciera el control de su país. Al dispersar sus fuerzas de manera inconsistente por toda Siria, el presidente Bashar al-Assad redujo drásticamente su capacidad para ganar batallas decisivas, y ahora se ve obligado a evacuar grandes zonas del país para concentrar su ejército alrededor de Damasco y el enclave Alawi en el noroeste. A medida que se vuelve evidente que Assad probablemente pierda la guerra, sus aliados más estrechos -así como las potencias mundiales y los actores regionales- están empezando a planear la jugada final.