BEIRUT – Al parecer, la suerte está echada para un final acelerado de la misión de Estados Unidos en Siria -y, con él, las posibilidades de una resolución pacífica y sostenible de la brutal guerra civil de siete años de ese país-. El ataque químico supuestamente perpetrado la semana pasada por las fuerzas del presidente Bashar al-Assad en Douma, la última ciudad en manos de los rebeldes en la región de Ghouta oriental, demuestra lo peligrosa que es esa perspectiva para Siria y para el mundo.
BEIRUT – Al parecer, la suerte está echada para un final acelerado de la misión de Estados Unidos en Siria -y, con él, las posibilidades de una resolución pacífica y sostenible de la brutal guerra civil de siete años de ese país-. El ataque químico supuestamente perpetrado la semana pasada por las fuerzas del presidente Bashar al-Assad en Douma, la última ciudad en manos de los rebeldes en la región de Ghouta oriental, demuestra lo peligrosa que es esa perspectiva para Siria y para el mundo.