PARÍS – El debate sobre la “sostenibilidad” suele centrarse, por comprensibles razones, en los compromisos ambientales y sociales de las empresas. Pero hay un sector particular, el financiero, que debería considerar otras dos dimensiones menos obvias de la sostenibilidad. Una es la sostenibilidad regulatoria, esencial para analizar el riesgo sistémico que plantea el sector financiero a la sociedad. La otra es la sostenibilidad tecnológica, una nueva frontera emergente con un impacto cada vez mayor sobre los modelos de negocios y las estrategias de las empresas.
PARÍS – El debate sobre la “sostenibilidad” suele centrarse, por comprensibles razones, en los compromisos ambientales y sociales de las empresas. Pero hay un sector particular, el financiero, que debería considerar otras dos dimensiones menos obvias de la sostenibilidad. Una es la sostenibilidad regulatoria, esencial para analizar el riesgo sistémico que plantea el sector financiero a la sociedad. La otra es la sostenibilidad tecnológica, una nueva frontera emergente con un impacto cada vez mayor sobre los modelos de negocios y las estrategias de las empresas.