TEL AVIV – Los países poscoloniales con nula o escasa tradición democrática que se libran de dictaduras brutales no suelen convertirse en democracias. En vez de eso, es común que deban enfrentar caos político y una competencia de actores extranjeros en busca de ventajas estratégicas. Es lo que ocurrió en Irak después de la caída de Saddam Hussein y en Libia tras el derrocamiento de Muammar el Gaddafi. ¿Le aguarda a Sudán el mismo destino?
TEL AVIV – Los países poscoloniales con nula o escasa tradición democrática que se libran de dictaduras brutales no suelen convertirse en democracias. En vez de eso, es común que deban enfrentar caos político y una competencia de actores extranjeros en busca de ventajas estratégicas. Es lo que ocurrió en Irak después de la caída de Saddam Hussein y en Libia tras el derrocamiento de Muammar el Gaddafi. ¿Le aguarda a Sudán el mismo destino?