MADRID – Como consecuencia de la globalización económica y del nuevo equilibrio de poder entre Norte y Sur, los países en vías de desarrollo y sus empresas se han convertido en actores económicos globales de primer nivel. Esta nueva realidad abunda en la necesidad de fortalecer el marco internacional de protección de la inversión extranjera.
MADRID – Como consecuencia de la globalización económica y del nuevo equilibrio de poder entre Norte y Sur, los países en vías de desarrollo y sus empresas se han convertido en actores económicos globales de primer nivel. Esta nueva realidad abunda en la necesidad de fortalecer el marco internacional de protección de la inversión extranjera.