NEW HAVEN – El recién concluido Diálogo estratégico y económico (DEE) entre los Estados Unidos y China ha sido una gran decepción. Ha carecido de estrategia en un momento en el que los dos países afrontan problemas formidables en muchos frentes y, en lugar de diálogo, lo que ha habido ha sido una serie de discursos y temas de debate rigurosamente preparados de antemano. Lo más importante es que no se abordó un destructivo déficit de confianza en aumento, que representa la amenaza más grave para las relaciones chino-americanas en veinticinco años.
NEW HAVEN – El recién concluido Diálogo estratégico y económico (DEE) entre los Estados Unidos y China ha sido una gran decepción. Ha carecido de estrategia en un momento en el que los dos países afrontan problemas formidables en muchos frentes y, en lugar de diálogo, lo que ha habido ha sido una serie de discursos y temas de debate rigurosamente preparados de antemano. Lo más importante es que no se abordó un destructivo déficit de confianza en aumento, que representa la amenaza más grave para las relaciones chino-americanas en veinticinco años.