ESTOCOLMO – De repente, el término “construcción de una nación” se ha convertido en una mala palabra, particularmente en Estados Unidos. El trauma de la derrota de Estados Unidos en Afganistán ha provocado una aterrorizada retirada de un concepto que durante mucho tiempo fue central para el pensamiento estadounidense sobre seguridad. Después de los ataques del 11 de septiembre de 2001 contra Estados Unidos, hubo una comprensión generalizada sobre que la invasión de Afganistán era necesaria para impedir que Al Qaeda tuviera su base allí. Y, por la misma razón, los ataques también lanzaron un esfuerzo más amplio para librar al mundo de territorios sin gobierno que podrían convertirse en plataformas para el terrorismo internacional.
ESTOCOLMO – De repente, el término “construcción de una nación” se ha convertido en una mala palabra, particularmente en Estados Unidos. El trauma de la derrota de Estados Unidos en Afganistán ha provocado una aterrorizada retirada de un concepto que durante mucho tiempo fue central para el pensamiento estadounidense sobre seguridad. Después de los ataques del 11 de septiembre de 2001 contra Estados Unidos, hubo una comprensión generalizada sobre que la invasión de Afganistán era necesaria para impedir que Al Qaeda tuviera su base allí. Y, por la misma razón, los ataques también lanzaron un esfuerzo más amplio para librar al mundo de territorios sin gobierno que podrían convertirse en plataformas para el terrorismo internacional.