NUEVA YORK – Mientras el gobierno de Sri Lanka festeja el primer aniversario de su triunfo histórico sobre los Tigres para la Liberación de la Patria Tamil (LTTE, por su sigla en inglés), resulta cada vez más evidente que la victoria en el campo de batalla resultará pírrica a menos que se reconozcan y se les encuentre solución a los legítimos reclamos de las comunidades minoritarias de Sri Lanka. Si no se puede ayudar de manera significativa a la minoría de habla tamil, y se acallan las voces de la oposición y cualquier tipo de disenso en Sri Lanka, el gobierno estará desperdiciando una oportunidad única.
NUEVA YORK – Mientras el gobierno de Sri Lanka festeja el primer aniversario de su triunfo histórico sobre los Tigres para la Liberación de la Patria Tamil (LTTE, por su sigla en inglés), resulta cada vez más evidente que la victoria en el campo de batalla resultará pírrica a menos que se reconozcan y se les encuentre solución a los legítimos reclamos de las comunidades minoritarias de Sri Lanka. Si no se puede ayudar de manera significativa a la minoría de habla tamil, y se acallan las voces de la oposición y cualquier tipo de disenso en Sri Lanka, el gobierno estará desperdiciando una oportunidad única.