ATENAS – Había una vez, en el antiguo reino de Lidia, un pastor llamado Giges, quien encontró un anillo mágico que, cuando lo hacía girar en su dedo, lo volvía invisible. Giges entró entonces sin ser visto en el palacio real, sedujo a la reina, asesinó al rey y se instaló como soberano. ¿Si descubrieras un anillo como ese, u otro dispositivo que otorgara un poder exorbitante, preguntó Sócrates, sería sensato usarlo para hacer o tener todo lo que se te ocurra?
ATENAS – Había una vez, en el antiguo reino de Lidia, un pastor llamado Giges, quien encontró un anillo mágico que, cuando lo hacía girar en su dedo, lo volvía invisible. Giges entró entonces sin ser visto en el palacio real, sedujo a la reina, asesinó al rey y se instaló como soberano. ¿Si descubrieras un anillo como ese, u otro dispositivo que otorgara un poder exorbitante, preguntó Sócrates, sería sensato usarlo para hacer o tener todo lo que se te ocurra?