FILADELFIA – Académicos y periodistas han cubierto sin cesar el ascenso del nacionalismo populista en Europa, y especialmente el de los gobiernos de línea dura de Hungría y Polonia. Si se dispone de un par de horas y una conexión a Internet, se puede aprender mucho sobre cómo ambos gobiernos han secuestrado los medios públicos, irrumpido en estaciones de televisión y periódicos de propiedad privada, debilitado los tribunales constitucionales, promovido discursos del odio contra judíos, musulmanes y otras minorías, y desatado troles en línea. Sin embargo, seguiríamos siendo incapaces de responder a la pregunta fundamental: ¿por qué estos gobiernos son tan populares?
FILADELFIA – Académicos y periodistas han cubierto sin cesar el ascenso del nacionalismo populista en Europa, y especialmente el de los gobiernos de línea dura de Hungría y Polonia. Si se dispone de un par de horas y una conexión a Internet, se puede aprender mucho sobre cómo ambos gobiernos han secuestrado los medios públicos, irrumpido en estaciones de televisión y periódicos de propiedad privada, debilitado los tribunales constitucionales, promovido discursos del odio contra judíos, musulmanes y otras minorías, y desatado troles en línea. Sin embargo, seguiríamos siendo incapaces de responder a la pregunta fundamental: ¿por qué estos gobiernos son tan populares?