LONDRES – La semana pasada, los banqueros centrales de todo el mundo se reunieron en Fráncfort para celebrar la gloria de los primeros diez años del euro. Pero para quienes provienen de los países candidatos al euro, el evento fue una ducha fría. Mientras la crisis financiera global hizo que integrar el grupo del euro parezca más urgente y necesario que nunca, los miembros de la eurozona lanzaron propuestas flotantes que no harían más que aumentar las condiciones para el ingreso.
LONDRES – La semana pasada, los banqueros centrales de todo el mundo se reunieron en Fráncfort para celebrar la gloria de los primeros diez años del euro. Pero para quienes provienen de los países candidatos al euro, el evento fue una ducha fría. Mientras la crisis financiera global hizo que integrar el grupo del euro parezca más urgente y necesario que nunca, los miembros de la eurozona lanzaron propuestas flotantes que no harían más que aumentar las condiciones para el ingreso.