TEL AVIV – Así, que el Presidente Barack Obama ha decidido “no cambiar de rumbo”. El obstinado grito de guerra del gobierno de Bush en el Iraq ha vencido ahora con el aumento preparado por Obama de otros 30.000 soldados en el Afganistán. Según habían advertido los partidarios del aumento, una victoria talibán allí radicalizaría toda la región y tendría un efecto de dominó, pues se desencadenarían insurgencias islámicas en toda el Asia central. Si los Estados Unidos hubieran comunicado su retirada, Al Qaeda, inextricablemente entrelazada con los talibanes, se declararía también vencedora.
TEL AVIV – Así, que el Presidente Barack Obama ha decidido “no cambiar de rumbo”. El obstinado grito de guerra del gobierno de Bush en el Iraq ha vencido ahora con el aumento preparado por Obama de otros 30.000 soldados en el Afganistán. Según habían advertido los partidarios del aumento, una victoria talibán allí radicalizaría toda la región y tendría un efecto de dominó, pues se desencadenarían insurgencias islámicas en toda el Asia central. Si los Estados Unidos hubieran comunicado su retirada, Al Qaeda, inextricablemente entrelazada con los talibanes, se declararía también vencedora.