NUEVA YORK – Desde la crisis financiera global de 2008, la política monetaria ha sido la principal encargada de sostener la demanda agregada, estimular el crecimiento y prevenir la deflación en las economías desarrolladas. La política fiscal, por su parte, se vio limitada por grandes déficits presupuestarios y deudas públicas en aumento, que incluso obligaron a muchos países a implementar medidas de austeridad para evitar que se volvieran impagables. Ocho años después, llegó la hora de hacer un relevo.
NUEVA YORK – Desde la crisis financiera global de 2008, la política monetaria ha sido la principal encargada de sostener la demanda agregada, estimular el crecimiento y prevenir la deflación en las economías desarrolladas. La política fiscal, por su parte, se vio limitada por grandes déficits presupuestarios y deudas públicas en aumento, que incluso obligaron a muchos países a implementar medidas de austeridad para evitar que se volvieran impagables. Ocho años después, llegó la hora de hacer un relevo.