NUEVA DELHI – En 2009, cuando participé en las últimas elecciones parlamentarias indias, mi situación era un tanto atípica: no era un político profesional. En cambio, todos los demás candidatos de mi jurisdicción –de hecho, la mayoría de los aspirantes en todo el país– habían dedicado la totalidad de sus vidas a la política, muchos, desde sus tiempos de estudiantes.
NUEVA DELHI – En 2009, cuando participé en las últimas elecciones parlamentarias indias, mi situación era un tanto atípica: no era un político profesional. En cambio, todos los demás candidatos de mi jurisdicción –de hecho, la mayoría de los aspirantes en todo el país– habían dedicado la totalidad de sus vidas a la política, muchos, desde sus tiempos de estudiantes.