NUEVA YORK – Uno podría argumentar que el estancamiento secular -crecimiento más lento sostenido- amenaza a la mayoría de las economías avanzadas, a China y a muchos mercados emergentes y economías en desarrollo que dependen del comercio y de la inversión extranjera. Los defensores de este punto de vista apuntan al envejecimiento de las poblaciones, a la desglobalización, al cambio climático y la pérdida de biodiversidad, a la creciente desigualdad y al exceso de deuda, mientras que los optimistas, en cambio, pregonan el potencial de los países más jóvenes y dinámicos, y de las tecnologías que impulsan la productividad como la inteligencia artificial, la robótica y la bioingeniería.
NUEVA YORK – Uno podría argumentar que el estancamiento secular -crecimiento más lento sostenido- amenaza a la mayoría de las economías avanzadas, a China y a muchos mercados emergentes y economías en desarrollo que dependen del comercio y de la inversión extranjera. Los defensores de este punto de vista apuntan al envejecimiento de las poblaciones, a la desglobalización, al cambio climático y la pérdida de biodiversidad, a la creciente desigualdad y al exceso de deuda, mientras que los optimistas, en cambio, pregonan el potencial de los países más jóvenes y dinámicos, y de las tecnologías que impulsan la productividad como la inteligencia artificial, la robótica y la bioingeniería.