BEIJING – Nadie gana en una guerra comercial. Aun así, el presidente norteamericano, Donald Trump, parece decidido a entablar una con China, a quien culpa de causar el déficit comercial de Estados Unidos, violar las reglas de la Organización Mundial de Comercio y utilizar prácticas injustas para adquirir tecnología extranjera. Si bien la mayoría de los economistas se asombran ante la ignorancia de Trump sobre cómo funcionan las balanzas comerciales, en términos generales muchos concuerdan con sus acusaciones respecto de la propiedad intelectual (PI). Pero la evidencia que respalda estos argumentos también es débil, en el mejor de los casos.
BEIJING – Nadie gana en una guerra comercial. Aun así, el presidente norteamericano, Donald Trump, parece decidido a entablar una con China, a quien culpa de causar el déficit comercial de Estados Unidos, violar las reglas de la Organización Mundial de Comercio y utilizar prácticas injustas para adquirir tecnología extranjera. Si bien la mayoría de los economistas se asombran ante la ignorancia de Trump sobre cómo funcionan las balanzas comerciales, en términos generales muchos concuerdan con sus acusaciones respecto de la propiedad intelectual (PI). Pero la evidencia que respalda estos argumentos también es débil, en el mejor de los casos.