PRINCETON – La COVID-19 está ampliando dramáticamente una grieta mundial que ya era evidente mucho antes de la crisis actual, solo algunos países han podido cubrir los costos de la pandemia y los confinamientos con grandes medidas fiscales gracias al apoyo de los bancos centrales, que están comprando grandes emisiones de deuda gubernamental. La mayoría de los países enfrentan crecientes costos de endeudamiento y, por lo tanto, no pueden permitirse una respuesta fiscal robusta. De hecho, las condiciones actuales para el endeudamiento dividieron al mundo entre quienes tienen y quienes no o, mejor dicho, quienes pueden y quienes no. Si esta división continúa, puede desbaratar la globalización por completo.
PRINCETON – La COVID-19 está ampliando dramáticamente una grieta mundial que ya era evidente mucho antes de la crisis actual, solo algunos países han podido cubrir los costos de la pandemia y los confinamientos con grandes medidas fiscales gracias al apoyo de los bancos centrales, que están comprando grandes emisiones de deuda gubernamental. La mayoría de los países enfrentan crecientes costos de endeudamiento y, por lo tanto, no pueden permitirse una respuesta fiscal robusta. De hecho, las condiciones actuales para el endeudamiento dividieron al mundo entre quienes tienen y quienes no o, mejor dicho, quienes pueden y quienes no. Si esta división continúa, puede desbaratar la globalización por completo.