OXFORD – El Banco Mundial está cayendo silenciosamente en la insignificancia, a medida que sus principales clientes, los que pagan comisiones, buscan otros prestamistas. Para que sobreviva, sus directores tendrán que optimizar su proceso de aprobación de créditos y los activos únicos que lo distinguen de sus competidores.
OXFORD – El Banco Mundial está cayendo silenciosamente en la insignificancia, a medida que sus principales clientes, los que pagan comisiones, buscan otros prestamistas. Para que sobreviva, sus directores tendrán que optimizar su proceso de aprobación de créditos y los activos únicos que lo distinguen de sus competidores.