TEL AVIV – Las revoluciones a lo largo de la historia demostraron devorarse a sus hijos. Sus resultados fatales rara vez son congruentes con las intenciones de quienes las impulsaron. Con demasiada frecuencia, las revoluciones son apropiadas por una segunda ola, ya sea más conservadora o más radical de lo que contemplaron en un principio los iniciadores del cambio.
TEL AVIV – Las revoluciones a lo largo de la historia demostraron devorarse a sus hijos. Sus resultados fatales rara vez son congruentes con las intenciones de quienes las impulsaron. Con demasiada frecuencia, las revoluciones son apropiadas por una segunda ola, ya sea más conservadora o más radical de lo que contemplaron en un principio los iniciadores del cambio.