BEIJING – La desaceleración económica de China ha sido objeto de innumerables debates, discusiones, artículos y análisis. Si bien los remedios propuestos varían considerablemente, parece haber un amplio consenso respecto de que la enfermedad es estructural. Pero mientras que los problemas estructurales, desde retornos menguantes sobre el capital hasta el aumento del proteccionismo a partir de la crisis económica global, actúan, en verdad, como un freno del crecimiento, otro factor ha pasado esencialmente inadvertido: el ciclo económico.
BEIJING – La desaceleración económica de China ha sido objeto de innumerables debates, discusiones, artículos y análisis. Si bien los remedios propuestos varían considerablemente, parece haber un amplio consenso respecto de que la enfermedad es estructural. Pero mientras que los problemas estructurales, desde retornos menguantes sobre el capital hasta el aumento del proteccionismo a partir de la crisis económica global, actúan, en verdad, como un freno del crecimiento, otro factor ha pasado esencialmente inadvertido: el ciclo económico.