Después de haber generado expectativas de una reforma política real en Arabia Saudita, el Rey Abdullah anunció en cambio que el momento del cambio todavía no ha llegado. Tras el reacomodo del gabinete, todo sigue igual. La población saudita, de la que el 50% tiene menos de quince años, continuará viendo en la televisión nacional a los mismos príncipes viejos, algunos de los cuales han estado en el poder durante cuarenta años, símbolos de la putrefacción al centro de la política saudita. La paradoja es que mientras que Arabia Saudita se vuelve más activa diplomáticamente para trata de resolver los problemas en Iraq, se ha paralizado al interior.
Después de haber generado expectativas de una reforma política real en Arabia Saudita, el Rey Abdullah anunció en cambio que el momento del cambio todavía no ha llegado. Tras el reacomodo del gabinete, todo sigue igual. La población saudita, de la que el 50% tiene menos de quince años, continuará viendo en la televisión nacional a los mismos príncipes viejos, algunos de los cuales han estado en el poder durante cuarenta años, símbolos de la putrefacción al centro de la política saudita. La paradoja es que mientras que Arabia Saudita se vuelve más activa diplomáticamente para trata de resolver los problemas en Iraq, se ha paralizado al interior.