MOSCÚ – En su conferencia de prensa anual ampliamente transmitida el mes pasado por televisión, el presidente ruso, Vladimir Putin, estaba confiado y condescendiente, animado únicamente cuando criticaba a Ucrania por las escaramuzas en el Mar Negro o cuando arremetía contra las quejas “injustas” de Occidente sobre el comportamiento de Rusia. Tras aseverar que el retiro de Estados Unidos del Tratado de Fuerzas Nucleares de Alcance Intermedio de 1987 exige que Rusia desarrolle nuevas armas, dijo con desprecio: “Y que después no se quejen de que supuestamente intentamos obtener ciertas ventajas”.
MOSCÚ – En su conferencia de prensa anual ampliamente transmitida el mes pasado por televisión, el presidente ruso, Vladimir Putin, estaba confiado y condescendiente, animado únicamente cuando criticaba a Ucrania por las escaramuzas en el Mar Negro o cuando arremetía contra las quejas “injustas” de Occidente sobre el comportamiento de Rusia. Tras aseverar que el retiro de Estados Unidos del Tratado de Fuerzas Nucleares de Alcance Intermedio de 1987 exige que Rusia desarrolle nuevas armas, dijo con desprecio: “Y que después no se quejen de que supuestamente intentamos obtener ciertas ventajas”.