NUEVA YORK – Los efectos colaterales de la invasión de Ucrania por parte de Rusia nos han recordado las alteraciones imprevisibles que constantemente enfrenta la economía global. Nos han enseñado esta lección muchas veces. Nadie podría haber previsto los atentados terroristas del 11 de septiembre de 2001, y pocos anticiparon la crisis financiera de 2008, la pandemia del COVID-19 o la elección de Donald Trump, cuyo resultado fue que Estados Unidos se volcara hacia el proteccionismo y el nacionalismo. Incluso quienes sí anticiparon estas crisis no podrían haber dicho con precisión cuándo ocurrirían.
NUEVA YORK – Los efectos colaterales de la invasión de Ucrania por parte de Rusia nos han recordado las alteraciones imprevisibles que constantemente enfrenta la economía global. Nos han enseñado esta lección muchas veces. Nadie podría haber previsto los atentados terroristas del 11 de septiembre de 2001, y pocos anticiparon la crisis financiera de 2008, la pandemia del COVID-19 o la elección de Donald Trump, cuyo resultado fue que Estados Unidos se volcara hacia el proteccionismo y el nacionalismo. Incluso quienes sí anticiparon estas crisis no podrían haber dicho con precisión cuándo ocurrirían.