Gerhard Schroeder, quien hasta hace menos de un mes era Canciller de Alemania, aceptó ser presidente de la empresa que está construyendo un gaseoducto desde Rusia, a través del Mar Báltico hasta Alemania, y desde ahí a Europa Occidental. En muchos países, a Schroeder se le acusaría ahora del delito de conflicto de intereses. Su aparente falta de ética crece por el hecho de que en este preciso momento Rusia está amenazando con interrumpir el abastecimiento de gas a Ucrania si ese país no cede a las demandas de precios del gigante del gas propiedad del Kremlin, Gazprom.
Gerhard Schroeder, quien hasta hace menos de un mes era Canciller de Alemania, aceptó ser presidente de la empresa que está construyendo un gaseoducto desde Rusia, a través del Mar Báltico hasta Alemania, y desde ahí a Europa Occidental. En muchos países, a Schroeder se le acusaría ahora del delito de conflicto de intereses. Su aparente falta de ética crece por el hecho de que en este preciso momento Rusia está amenazando con interrumpir el abastecimiento de gas a Ucrania si ese país no cede a las demandas de precios del gigante del gas propiedad del Kremlin, Gazprom.