Robert Rubin

Los economistas y los historiadores discutirán durante mucho tiempo el contraste entre las políticas económicas de las presidencias de Bill Clinton y de George W. Bush. La administración Clinton llegó al poder con muy pocas cartas, y las pocas que tenía eran muy malas: un legado de crecimiento económico extremadamente lento, enormes déficits fiscales creados por las administraciones de Ronald Reagan y George H. W. Bush entre 1980 y 1992, una tasa de desempleo "natural" relativamente alta y presiones inflacionarias crecientes.

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