NUEVA YORK – En una economía global que depende cada vez más del crédito, el mercado de deuda privada es el nuevo santo grial de los inversores que buscan más rentabilidad. La estrechez de las relaciones bilaterales características de este mercado ofrece a acreedores y deudores oportunidades que no hallarían en otros. Pero la expansión de la base de inversores y la amplia distribución de las operaciones entre las plataformas de crédito privado dificultan una evaluación del nivel de riesgo y (sobre todo) de la identidad de los poseedores definitivos de la deuda.
NUEVA YORK – En una economía global que depende cada vez más del crédito, el mercado de deuda privada es el nuevo santo grial de los inversores que buscan más rentabilidad. La estrechez de las relaciones bilaterales características de este mercado ofrece a acreedores y deudores oportunidades que no hallarían en otros. Pero la expansión de la base de inversores y la amplia distribución de las operaciones entre las plataformas de crédito privado dificultan una evaluación del nivel de riesgo y (sobre todo) de la identidad de los poseedores definitivos de la deuda.