LONDRES – Recientemente vi The Man Who Was Too Free(El hombre que era demasiado libre), un documental conmovedor sobre el político disidente ruso Boris Nemtsov, que fue abatido a tiros frente al Kremlin en 2015. Nemtsov, un joven apuesto que había sido una estrella política en ascenso en los años 1990, luego se negó a doblegarse al autoritarismo del presidente ruso, Vladimir Putin, y se pasó a las filas de la oposición, donde fue hostigado, encarcelado y finalmente asesinado. El filme me dejó pensando en el papel debilitado del heroísmo y del coraje en la vida moderna, y también en el destino de Rusia.
LONDRES – Recientemente vi The Man Who Was Too Free(El hombre que era demasiado libre), un documental conmovedor sobre el político disidente ruso Boris Nemtsov, que fue abatido a tiros frente al Kremlin en 2015. Nemtsov, un joven apuesto que había sido una estrella política en ascenso en los años 1990, luego se negó a doblegarse al autoritarismo del presidente ruso, Vladimir Putin, y se pasó a las filas de la oposición, donde fue hostigado, encarcelado y finalmente asesinado. El filme me dejó pensando en el papel debilitado del heroísmo y del coraje en la vida moderna, y también en el destino de Rusia.