NEWTON, MASSACHUSETTS – ¿Se imaginan a un ciudadano francés elegido presidente de los Estados Unidos? ¿O a un japonés como primer ministro del Reino Unido? ¿O un mexicano, canciller de Alemania? Probablemente no. De hecho, aun si no hubiera impedimentos legales, resulta difícil imaginar que los votantes de una democracia designen a un extranjero para ocupar el cargo más importante del gobierno de su país.
NEWTON, MASSACHUSETTS – ¿Se imaginan a un ciudadano francés elegido presidente de los Estados Unidos? ¿O a un japonés como primer ministro del Reino Unido? ¿O un mexicano, canciller de Alemania? Probablemente no. De hecho, aun si no hubiera impedimentos legales, resulta difícil imaginar que los votantes de una democracia designen a un extranjero para ocupar el cargo más importante del gobierno de su país.