NUEVA YORK – La crisis de la deuda soberana de Europa se ha prolongado tanto, que algunos están empezando a dar por sentado que los dirigentes de la zona del euro pueden ir dando tumbos de una solución inválida a otra sin riesgo de cataclismo, pero, si cualquiera de las economías de la Europa meridional con problemas no consigue renovar su deuda en los próximos meses, el contagio resultante se extenderá rápidamente de la zona del euro a todo el sistema financiero mundial, con consecuencias mucho más graves que las posteriores al desplome de Lehman Brothers en septiembre de 2008.
NUEVA YORK – La crisis de la deuda soberana de Europa se ha prolongado tanto, que algunos están empezando a dar por sentado que los dirigentes de la zona del euro pueden ir dando tumbos de una solución inválida a otra sin riesgo de cataclismo, pero, si cualquiera de las economías de la Europa meridional con problemas no consigue renovar su deuda en los próximos meses, el contagio resultante se extenderá rápidamente de la zona del euro a todo el sistema financiero mundial, con consecuencias mucho más graves que las posteriores al desplome de Lehman Brothers en septiembre de 2008.