CHICAGO – En los últimos años, los republicanos de Estados Unidos han estado librando una batalla cada vez más intensa contra un enfoque académico de estudios raciales conocido como “teoría crítica de la raza” (CRT, por sus siglas en inglés). Lo hacen no porque estén en lo correcto, ni incluso porque crean que lo están, sino porque han determinado que, a la hora de ganar elecciones, la guerra cultural da resultados. Es triste decir que la animosidad racial sigue siendo un arma clave del arsenal de las guerras culturales.
CHICAGO – En los últimos años, los republicanos de Estados Unidos han estado librando una batalla cada vez más intensa contra un enfoque académico de estudios raciales conocido como “teoría crítica de la raza” (CRT, por sus siglas en inglés). Lo hacen no porque estén en lo correcto, ni incluso porque crean que lo están, sino porque han determinado que, a la hora de ganar elecciones, la guerra cultural da resultados. Es triste decir que la animosidad racial sigue siendo un arma clave del arsenal de las guerras culturales.