HAMBURGO – Con la muerte de Helmut Kohl, nos abandonó “la mayor figura del continente europeo por décadas”, según describió Bill Clinton al ex canciller alemán. Kohl poseía la mayoría de los talentos de un político exitoso: ambición, implacabilidad, tenacidad, habilidades tácticas y una percepción de la mentalidad de la gente de a pie. A diferencia de sus dos predecesores, Willy Brandt y Helmut Schmidt, no tenía carisma (que Brandt tenía en abundancia) ni el don de la palabra. Lo que sí tenía, en contraste con sus sucesores, era una visión clara del futuro de su país. Fue esto lo que permitió a Kohl lograr lo inimaginable hasta ese momento: la reunificación de Alemania dentro de una Europa unida.
HAMBURGO – Con la muerte de Helmut Kohl, nos abandonó “la mayor figura del continente europeo por décadas”, según describió Bill Clinton al ex canciller alemán. Kohl poseía la mayoría de los talentos de un político exitoso: ambición, implacabilidad, tenacidad, habilidades tácticas y una percepción de la mentalidad de la gente de a pie. A diferencia de sus dos predecesores, Willy Brandt y Helmut Schmidt, no tenía carisma (que Brandt tenía en abundancia) ni el don de la palabra. Lo que sí tenía, en contraste con sus sucesores, era una visión clara del futuro de su país. Fue esto lo que permitió a Kohl lograr lo inimaginable hasta ese momento: la reunificación de Alemania dentro de una Europa unida.