LONDRES.- Gobernar es cuestión de estadísticas, pero en la vida lo importante son las personas. Esta disyunción explica en gran medida el cinismo y la antipatía hacia la política característicos en gran parte del mundo hoy día. Y, si bien los problemas locales parecen insolubles, la distancia aumenta la confusión y la fatiga inducidos por problemas aparentemente inextricables. Como de costumbre, quienes sufren son quienes más necesitan la atención mundial.
LONDRES.- Gobernar es cuestión de estadísticas, pero en la vida lo importante son las personas. Esta disyunción explica en gran medida el cinismo y la antipatía hacia la política característicos en gran parte del mundo hoy día. Y, si bien los problemas locales parecen insolubles, la distancia aumenta la confusión y la fatiga inducidos por problemas aparentemente inextricables. Como de costumbre, quienes sufren son quienes más necesitan la atención mundial.