NUEVA YORK – El acuerdo in extremis entre Rusia y los Estados Unidos para poner las armas químicas de Siria bajo control internacional brinda a Occidente, que se había quedado sin opciones válidas, una segunda oportunidad de lanzar el que siempre debería haber sido su objetivo estratégico: la paz en Siria y el fin del sufrimiento de su pueblo.
NUEVA YORK – El acuerdo in extremis entre Rusia y los Estados Unidos para poner las armas químicas de Siria bajo control internacional brinda a Occidente, que se había quedado sin opciones válidas, una segunda oportunidad de lanzar el que siempre debería haber sido su objetivo estratégico: la paz en Siria y el fin del sufrimiento de su pueblo.