WASHINGTON, DC – La crisis de la eurozona se desarrolló principalmente como una crisis de deuda soberana que, en su mayor parte, afectó a países de la periferia meridional de Europa. Estos países se encontraron con que para emitir bonos soberanos debían pagar tasas de interés que por momentos llegaron al 6 o 7 por ciento, en el caso de Italia y España, o a valores todavía más altos para otros países. Como los bancos de la eurozona tienen una parte importante de sus carteras de activos constituidas por bonos de países de la eurozona, la crisis de deuda soberana se convirtió en una crisis bancaria en potencia, agravada por el hecho de que los bancos ya habían sufrido otras pérdidas originadas, por ejemplo, en el derrumbe de los precios inmobiliarios en España. De modo que uno de los desafíos más importantes que es preciso encarar para resolver la crisis de la eurozona es reducir la carga de la deuda para los países del sur de Europa.
WASHINGTON, DC – La crisis de la eurozona se desarrolló principalmente como una crisis de deuda soberana que, en su mayor parte, afectó a países de la periferia meridional de Europa. Estos países se encontraron con que para emitir bonos soberanos debían pagar tasas de interés que por momentos llegaron al 6 o 7 por ciento, en el caso de Italia y España, o a valores todavía más altos para otros países. Como los bancos de la eurozona tienen una parte importante de sus carteras de activos constituidas por bonos de países de la eurozona, la crisis de deuda soberana se convirtió en una crisis bancaria en potencia, agravada por el hecho de que los bancos ya habían sufrido otras pérdidas originadas, por ejemplo, en el derrumbe de los precios inmobiliarios en España. De modo que uno de los desafíos más importantes que es preciso encarar para resolver la crisis de la eurozona es reducir la carga de la deuda para los países del sur de Europa.