LONDRES – Si bien el alcalde de Varsovia, Rafal Trzaskowski, no salió victorioso en la elección presidencial de Polonia, el resultado representa un punto de inflexión en la política europea. La ola nacionalista-populista ha llegado a un pico. Para parafrasear la famosa ocurrencia de Winston Churchill luego de la Segunda Batalla de El Alamein en 1942, éste tal vez no sea el comienzo del fin del nacionalismo autoritario contemporáneo, pero al menos es el fin del comienzo.
LONDRES – Si bien el alcalde de Varsovia, Rafal Trzaskowski, no salió victorioso en la elección presidencial de Polonia, el resultado representa un punto de inflexión en la política europea. La ola nacionalista-populista ha llegado a un pico. Para parafrasear la famosa ocurrencia de Winston Churchill luego de la Segunda Batalla de El Alamein en 1942, éste tal vez no sea el comienzo del fin del nacionalismo autoritario contemporáneo, pero al menos es el fin del comienzo.