Todas las crisis actuales del mundo -conflictos, VIH/SIDA, desempleo- tienen una cosa en común: todas ellas afectan a jóvenes que cargan con el peso de la desesperación resultante de esos problemas, pero que también son un venero, en gran medida desaprovechado, de cambio.
Todas las crisis actuales del mundo -conflictos, VIH/SIDA, desempleo- tienen una cosa en común: todas ellas afectan a jóvenes que cargan con el peso de la desesperación resultante de esos problemas, pero que también son un venero, en gran medida desaprovechado, de cambio.