WASHINGTON, DC – El caluroso respaldo de Rusia al presidente sirio Bashar al Assad ha sido como un baldazo de agua fría para la comunidad internacional. El contraste con la actitud positiva de Rusia en relación con Libia en 2011 refleja el cambio de su política exterior con el regreso de Vladimir Putin al Kremlin, ya que (al menos en cuestiones de política internacional) el ex presidente ruso Dmitri Medvedev tenía un papel mucho más significativo de lo que suele suponerse.
WASHINGTON, DC – El caluroso respaldo de Rusia al presidente sirio Bashar al Assad ha sido como un baldazo de agua fría para la comunidad internacional. El contraste con la actitud positiva de Rusia en relación con Libia en 2011 refleja el cambio de su política exterior con el regreso de Vladimir Putin al Kremlin, ya que (al menos en cuestiones de política internacional) el ex presidente ruso Dmitri Medvedev tenía un papel mucho más significativo de lo que suele suponerse.