LONDRES – Las inversiones públicas y privadas en la economía real han sido blanco de ataques desde el comienzo de la crisis financiera de 2008. En tiempos difíciles puede parecer lógico hacer recortes en las inversiones a fin de generar dividendos aunque solo a largo plazo, y por ende, seguir teniendo dinero y recursos para abordar problemas de corto plazo. De hecho, los recortes en inversiones para nuestro futuro –ya sea en las personas, en el planeta, en instituciones políticas o en empresas– es sumamente irracional.
LONDRES – Las inversiones públicas y privadas en la economía real han sido blanco de ataques desde el comienzo de la crisis financiera de 2008. En tiempos difíciles puede parecer lógico hacer recortes en las inversiones a fin de generar dividendos aunque solo a largo plazo, y por ende, seguir teniendo dinero y recursos para abordar problemas de corto plazo. De hecho, los recortes en inversiones para nuestro futuro –ya sea en las personas, en el planeta, en instituciones políticas o en empresas– es sumamente irracional.