MILÁN – El mundo enfrenta la perspectiva de un prolongado período de débil crecimiento económico. Pero se trata de un riesgo, no del destino. La mejor forma de evitar un resultado de ese tipo es descubrir la forma de canalizar las grandes reservas de ahorro hacia inversiones del sector público que mejoren la productividad.
MILÁN – El mundo enfrenta la perspectiva de un prolongado período de débil crecimiento económico. Pero se trata de un riesgo, no del destino. La mejor forma de evitar un resultado de ese tipo es descubrir la forma de canalizar las grandes reservas de ahorro hacia inversiones del sector público que mejoren la productividad.