NUEVA YORK/PARÍS/BEIJING/BRIGHTON – Las importantes amenazas globales –entre ellas la pandemia del COVID-19, el cambio climático y la creciente desigualdad- exigen una acción concertada de gran escala. El desafío que enfrentan los responsables de las políticas hoy es respaldar grandes transformaciones estructurales que puedan hacer que las economías, simultáneamente, sean más productivas, más inclusivas y consuman menos carbono. Los bancos públicos de desarrollo (BPD) –a nivel local, nacional, subregional, regional o interregional- son esenciales para ayudar a los gobiernos a financiar una rápida recuperación de la crisis del COVID-19, y garantizar que las economías sirvan mucho mejor a la gente y al planeta en el largo plazo.
NUEVA YORK/PARÍS/BEIJING/BRIGHTON – Las importantes amenazas globales –entre ellas la pandemia del COVID-19, el cambio climático y la creciente desigualdad- exigen una acción concertada de gran escala. El desafío que enfrentan los responsables de las políticas hoy es respaldar grandes transformaciones estructurales que puedan hacer que las economías, simultáneamente, sean más productivas, más inclusivas y consuman menos carbono. Los bancos públicos de desarrollo (BPD) –a nivel local, nacional, subregional, regional o interregional- son esenciales para ayudar a los gobiernos a financiar una rápida recuperación de la crisis del COVID-19, y garantizar que las economías sirvan mucho mejor a la gente y al planeta en el largo plazo.