CAMBRIDGE – Además de preocuparse por el futuro de los empleos de calidad, los líderes políticos de Estados Unidos y Europa harían bien en examinar los problemas mucho mayores que enfrentan los países asiáticos en desarrollo, que amenazan con ejercer una gran presión a la baja sobre los salarios globales. En India, donde la renta per cápita equivale a alrededor de una décima parte de la estadounidense, anualmente más de diez millones de personas abandonan el campo para desplazarse hacia las zonas urbanas. A menudo no pueden encontrar trabajo ni siquiera como chaiwalas, mucho menos como programadores. La misma ansiedad sobre el futuro de los empleos que tienen los estadounidenses y europeos es mucho más profunda en Asia.
CAMBRIDGE – Además de preocuparse por el futuro de los empleos de calidad, los líderes políticos de Estados Unidos y Europa harían bien en examinar los problemas mucho mayores que enfrentan los países asiáticos en desarrollo, que amenazan con ejercer una gran presión a la baja sobre los salarios globales. En India, donde la renta per cápita equivale a alrededor de una décima parte de la estadounidense, anualmente más de diez millones de personas abandonan el campo para desplazarse hacia las zonas urbanas. A menudo no pueden encontrar trabajo ni siquiera como chaiwalas, mucho menos como programadores. La misma ansiedad sobre el futuro de los empleos que tienen los estadounidenses y europeos es mucho más profunda en Asia.