WASHINGTON, DC – ¿Son aún las grandes universidades estadounidenses los templos del saber, las fuerzas directrices del progreso tecnológico, las proveedoras de oportunidades que alguna vez fueron? ¿O se han convertido, en parte, en cómplices inescrupulosos de élites económicas cada vez más rapaces?
WASHINGTON, DC – ¿Son aún las grandes universidades estadounidenses los templos del saber, las fuerzas directrices del progreso tecnológico, las proveedoras de oportunidades que alguna vez fueron? ¿O se han convertido, en parte, en cómplices inescrupulosos de élites económicas cada vez más rapaces?