CAMBRIDGE – En 1944, cuando la Segunda Guerra Mundial llegaba a su fin, Karl Polanyi —un húngaro exiliado, especialista en sociología económica— publicó La gran transformación, un tratado centrado en los peligros de separar a los sistemas económicos de las sociedades en las que residen. Ochenta años más tarde, es posible que las advertencias de Polanyi sobre la desconexión entre la economía de mercado y las necesidades y relaciones humanas resulten proféticas. De hecho, el futuro que predijo se asemeja mucho al Frankenstein de Mary Shelley, la novela donde la creación de un doctor hace estragos y, finalmente, se vuelve contra su creador.
CAMBRIDGE – En 1944, cuando la Segunda Guerra Mundial llegaba a su fin, Karl Polanyi —un húngaro exiliado, especialista en sociología económica— publicó La gran transformación, un tratado centrado en los peligros de separar a los sistemas económicos de las sociedades en las que residen. Ochenta años más tarde, es posible que las advertencias de Polanyi sobre la desconexión entre la economía de mercado y las necesidades y relaciones humanas resulten proféticas. De hecho, el futuro que predijo se asemeja mucho al Frankenstein de Mary Shelley, la novela donde la creación de un doctor hace estragos y, finalmente, se vuelve contra su creador.