MADRID – Parece que hoy en día casi ninguna democracia occidental está a salvo del populismo de derecha. Pero aunque la retórica populista esté llegando a extremos de agitación, con serias consecuencias entre las que destaca la decisión del Reino Unido de abandonar la Unión Europea, lo cierto es que el nativismo que representa es un viejo azote de la política democrática.
MADRID – Parece que hoy en día casi ninguna democracia occidental está a salvo del populismo de derecha. Pero aunque la retórica populista esté llegando a extremos de agitación, con serias consecuencias entre las que destaca la decisión del Reino Unido de abandonar la Unión Europea, lo cierto es que el nativismo que representa es un viejo azote de la política democrática.