LONDRES – Hace veinte y cuatro años, en medio de una reñida campaña presidencial estadounidense, el jefe de campaña de Bill Clinton resumió de manera sucinta el mensaje de su candidato: “Es la economía, estúpido”. Hoy en día, mientras los inversores se esfuerzan por comprender lo que está impulsando la volatilidad extrema en los mercados financieros, hay una explicación igualmente concisa para lo que ocurre: Son los estúpidos asuntos políticos.
LONDRES – Hace veinte y cuatro años, en medio de una reñida campaña presidencial estadounidense, el jefe de campaña de Bill Clinton resumió de manera sucinta el mensaje de su candidato: “Es la economía, estúpido”. Hoy en día, mientras los inversores se esfuerzan por comprender lo que está impulsando la volatilidad extrema en los mercados financieros, hay una explicación igualmente concisa para lo que ocurre: Son los estúpidos asuntos políticos.